
- Simplemente me preocupo por ti, sabes, me gusta saber que estas bien en todo momento. Antes era más fácil porque estabas más tiempo conmigo, pero cada vez me resulta más difícil saber como estas. Me da miedo el hecho de que alguien te haga daño.
[...]
Me giré lentamente y me quedé observando su blanca nuca durante unos segundos, sin saber que decirle. Alzo la vista me miró con sus ojos grises cristalinos, me sonrió y se levantó poniéndose a mi altura, me acerqué lentamente a él le bese la mejilla, lo cual le ruborizó, y tras un breve carraspeo y en un tono que sólo los grillos escucharon le di las gracias a lo que él me contestó con una suave y cautivadora sonrisa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario